Perfil de Mujer

Ayer…

Ayer estuve a punto de llorar… ¡hallé razones tantas!

Desde mis tibios párpados dos gotas de martirio se escaparon,

Y cuando quise estar solo para dar rienda suelta a tales ganas,

Vi a una niña acariciar una muñeca, y con sonrisa maternal le suplicaba:

“No llores, no seas tonta, no seas mala. ¿No ves como las aves siempre cantan?”

Di media vuelta, me sequé los ojos y sonreí con una acción de gracias.

Ayer estuve a punto de lanzar una queja… ¡hallé razones tantas!

Hasta mis labios subió la frase como un pájaro negro

Dispuesto a alzar el vuelo y envenenar el aire.

Pero sentí vergüenza al ver las mariposas que jugaban como niñas con alas;

Vi al árbol silencioso volcar el dulce fruto de su rama

como quien lo da todo y nada pide.

Para mí era todo cuanto necesitaba; sin embargo, solo yo estaba triste…

Ayer estuve a punto de escribir una elegía, un poema bien gris;

Todo un lamento, como la endecha de mil viudas

O el desfile de huérfanos desnudos y con hambre en crudo invierno

Sin luna, sin estrellas y sin techo.

Pero era muy temprano, y escuché sin remedio las campanas al vuelo;

Vi a los niños saltar camino del colegio;

Vi al sol como si viniese de matar tinieblas,

Y no encontré paisaje donde pintar el cuadro de todas mis tristezas.

Ayer… ayer mismo la brisa me trajo este secreto:

“¡Inúndate de gozo! ¡Sueña! ¡Canta! ¡Que el festín de los ángeles te aguarda!