¡Ay de mí! Que sin razón
pasé la flor de mis años
en medio de los engaños
de aquella ciega afición.
Lejos anduve de Vos,
Hermosura celestial;
Lejos, y lleno de mal,
Como quien vive sin Dios.
Pero, ¡qué fuera de mí,
Si me hubierais Vos llamado
Al tribunal que ofendí!
_Lope de Vega