La Orquesta de Tu Silencio
Padre, ¡qué callado estás!
Después de eternamente oírse tu voz
rotunda, metálica, diaria, penetrante;
ahora su silencio es ensordecedor.
Aquel día en que pediste te dejáramos descansar,
tu voz se fue alejando junto a tu alma
mientras cantabas…
Desde entonces ya no escucho tu clarín de alabanza,
ya no me llega tu llamar implacable,
ni tu voz certera citando sabiduría y unión.
¡Oh, qué callado estás, padre!
desde que te complacimos
y te dejamos descansar…
Quienes te amamos sembramos tu trabajado cuerpo en tierra,
Y desde entonces tu brillante alma, desesperadamente
intentamos perseguir a diario…
Pero el vacío que ha dejado el silencio de tu voz
ha dado espacio a una voz aún más fuerte,
gloriosa, ininterrumpida e inexorable:
la voz de La Sabiduría que incansablemente nos citabas.
Sí, padre, es profundo tu silencio;
pero ahora me queda el eco de tu voz…
y es por eso esta ardiente pasión que llevo,
este despertar de madrugada,
este llanto inesperado,
este compromiso al que me apego, aunque sangre;
porque desde que tu voz se hundió en el silencio,
¡ha surgido una orquesta en mi alma!
_Danny Serafina Rodríguez de Fernández
(1/17/2020
Es este poema de tu inspiración? Esta precioso!!